ROUDELET FÉLIBREN
El grupo viene de Marsella, en el sureste de Francia, una región que sigue siendo probablemente una de las más culturales, originales y ricas del país. Se extiende al este del Ródano al pie de las primeras estribaciones de los Alpes. Va subiendo para norte a lo largo de la cuenca del río y se acaba en el Mediterráneo, por acantilados de caliza blanca o de granito rojo, y a veces por bancos de arena casi desérticos que son los de Camarga cuando el Ródano agotado y vasto se echa al mar.
Fue ahí donde nació y se desarrolló una de las civilizaciones más brillantes que jamás ha existido. Nacida de la influencia griega y latina, embellecida por el Renacimiento triunfante, orgullosa de haber resistido a los Berberiscos que la amenazaron durante siglos, se desarrolló un idioma, un saber, una poesía, un sentido de la libertad y un gusto del bien vivir que la convirtieron en un modelo durante quince siglos. Fue el país del amor cortesano, de los juegos poéticos y de las lecciones de amor.
Provenza dio a Francia muchos escritores famosos que seguimos leyendo con el mismo placer aun cuando lo trágico se mezcla con la risa. Pero vio sobre todo nacer a un poeta a quien debemos el regreso de las regiones de Francia, a sus propios orígenes, el despertar de las danzas y de los cantos del pasado, el respecto de las costumbres de antaño, y el orgullo de su país natal. Este poeta se llamaba Federico MISTRAL. De él nació el folklore en el sentido amplio y noble de la palabra. Este grupo es uno de sus herederos directos. De esta escuela, ha extraído danzas del mar de las cuales algunas son de origen griego y otras inspiradas de la marina de vela en siglos más recientes. Otras traídas por las olas y los negociantes son de origen inglés. También, ha encontrado danzas del siglo XVII que son danzas de corte. Y muchas otras aún que hablan de amor, a menudo cortesano, a veces tunante.
Añadamos unas danzas guerreras de la época cuando se batían con firmeza contra los Turcos, y también algunas reminiscencias paganas donde el sol tiene un lugar aparte, y las Navidades de Provenza con figuritas de nacimiento coloridas. Y he aquí toda la historia del pueblecito de Provenza, de sus marineros y de sus nobles que revive, contada en imágenes por este grupo lleno de vida, de entusiasmo y de talento. El grupo también canta aires tradicionales del país provenzal de los siglos XVI y XVII. Y sus músicos tocan el tamboril y el caramillo del que se desconocen los orígenes, al ser tan numerosos los marineros venidos de todas las direcciones que pasaron por allí con sus músicas.
Entonces, es un espectáculo muy completo, una sucesión de cuadros sumamente realizados, con una gran variedad de imágenes, que honran a la tradición francesa y a la riqueza de esta cultura provenzal donde se mezclan, se conservan y se ennoblecen influencias venidas de tantos pueblos en el transcurso de una historia tan larga.
Y bajo el sol de Provenza, las chicas serán siempre bellas con sus tocas de encaje y la poesía seguirá floreciendo en los campos azules de lavanda o en el ruido de las olas que cantan en las calizas blancas sus romances de amor.